Bogotá. El Centro de Convenciones y Exposiciones dará paso a un mega proyecto urbanístico que en 200.000 metros cuadrados albergará oficinas, comercio, hotelería y, posiblemente, complejos de vivienda.
Los responsables de esta iniciativa son Chaid Neme Hermanos S.A. (inversionistas) y Kubo Constructores (desarrolladores), empresas que ganaron la licitación formulada por Proexport y Fiducoldex para vender el inmueble, ubicado en la calle 26A #13A-10.
El proceso, que se inició con un precio base de 21.000 millones de pesos, concluyó con un contrato de compra-venta que ascendió a 30.000 millones de pesos. Según informaron en Proexport, la obra se entregará este 22 de octubre.
"Recibimos una construcción subterránea de 10.000 metros cuadrados que se va a demoler para dar paso a una construcción más grande pues también compramos el parqueadero contiguo al Centro de Convenciones.
La obra que edificaremos tendrá 120.000 metros cuadrados en oficinas y un hotel de negocios con 200 o 250 habitaciones", dijo el gerente general de Kubo Constructores, Rafael Londoño.
Aunque la obra arquitectónica la entregarán en 17 días, el gerente de Kubo Constructores informó que la construcción se realizará por etapas y comenzará a finales de 2011. "Tenemos previsto que la primera fase finalice a comienzos de 2013. El proyecto es de gran envergadura por lo que estaremos varios años construyendo", dijo.
Si bien Londoño indicó que no descarta que la infraestructura tenga un amplio espacio para salones de convenciones o exposiciones, aclaró que la administración y operación de esas zonas estará a cargo de la cadena hotelera que se defina como socio estratégico de este proyecto arquitectónico.
"Ya estamos en conversaciones con varias cadenas hoteleras internacionales, pero no podemos adelantar nada porque firmamos un contrato de confidencialidad", advirtió Londoño.
Al ser consultado sobre si el Centro de Convenciones y Exposiciones de Bogotá funcionará mientras comienzan las obras de construcción, el vocero enfatizó que el inmueble permanecía cerrado desde el seis de septiembre del año pasado por decisión de sus antiguos dueños.
"No adquirimos los derechos para operar este centro, sino que compramos el inmueble. Todo permanecerá como hasta ahora. En todo caso, las vías alrededor de este complejo están destrozadas, los salones no han recibido mantenimiento, y tengo entendido, que operar el centro ya no era un negocio muy rentable", precisó Londoño.
La licitación por el Centro de Convenciones y Exposiciones de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada, se inició a mediados de agosto de 2008 con el fin de inyectarle capital para convertir al inmueble en una obra de alto valor empresarial y comercial. La decisión se tomó tres años después de haber hecho un primer intento de venta en septiembre de 2005.
Cuando hace dos años se informó del nuevo proceso, se destacó que el inmueble no había logrado su principal objetivo: posicionarse como los primeros centros de convenciones de Latinoamérica con tecnología de punta y el mejor recurso humano.
Un testigo desde hace 30 años
Los responsables de esta iniciativa son Chaid Neme Hermanos S.A. (inversionistas) y Kubo Constructores (desarrolladores), empresas que ganaron la licitación formulada por Proexport y Fiducoldex para vender el inmueble, ubicado en la calle 26A #13A-10.
El proceso, que se inició con un precio base de 21.000 millones de pesos, concluyó con un contrato de compra-venta que ascendió a 30.000 millones de pesos. Según informaron en Proexport, la obra se entregará este 22 de octubre.
"Recibimos una construcción subterránea de 10.000 metros cuadrados que se va a demoler para dar paso a una construcción más grande pues también compramos el parqueadero contiguo al Centro de Convenciones.
La obra que edificaremos tendrá 120.000 metros cuadrados en oficinas y un hotel de negocios con 200 o 250 habitaciones", dijo el gerente general de Kubo Constructores, Rafael Londoño.
Aunque la obra arquitectónica la entregarán en 17 días, el gerente de Kubo Constructores informó que la construcción se realizará por etapas y comenzará a finales de 2011. "Tenemos previsto que la primera fase finalice a comienzos de 2013. El proyecto es de gran envergadura por lo que estaremos varios años construyendo", dijo.
Si bien Londoño indicó que no descarta que la infraestructura tenga un amplio espacio para salones de convenciones o exposiciones, aclaró que la administración y operación de esas zonas estará a cargo de la cadena hotelera que se defina como socio estratégico de este proyecto arquitectónico.
"Ya estamos en conversaciones con varias cadenas hoteleras internacionales, pero no podemos adelantar nada porque firmamos un contrato de confidencialidad", advirtió Londoño.
Al ser consultado sobre si el Centro de Convenciones y Exposiciones de Bogotá funcionará mientras comienzan las obras de construcción, el vocero enfatizó que el inmueble permanecía cerrado desde el seis de septiembre del año pasado por decisión de sus antiguos dueños.
"No adquirimos los derechos para operar este centro, sino que compramos el inmueble. Todo permanecerá como hasta ahora. En todo caso, las vías alrededor de este complejo están destrozadas, los salones no han recibido mantenimiento, y tengo entendido, que operar el centro ya no era un negocio muy rentable", precisó Londoño.
La licitación por el Centro de Convenciones y Exposiciones de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada, se inició a mediados de agosto de 2008 con el fin de inyectarle capital para convertir al inmueble en una obra de alto valor empresarial y comercial. La decisión se tomó tres años después de haber hecho un primer intento de venta en septiembre de 2005.
Cuando hace dos años se informó del nuevo proceso, se destacó que el inmueble no había logrado su principal objetivo: posicionarse como los primeros centros de convenciones de Latinoamérica con tecnología de punta y el mejor recurso humano.
Un testigo desde hace 30 años
El Centro de Convenciones y Exposiciones de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada, fue inaugurado en 1980 como parte del Centro de Comercio Internacional. En un área de construcción de 10.000 metros cuadrados, su salón de mayor tamaño tenía una capacidad para albergar a 2.500 personas. Además de servir como sede para la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, fue testigo principal por más de tres décadas de innumerables eventos empresariales en la capital colombiana. Este centro contó con 12 cabinas para traducción simultánea, tres telones gigantes de proyección, sistemas de sonido independiente y 4.400 metros cuadrados de parqueaderos. El inmueble también prestó servicios de zona franca transitoria y bodegaje de primera categoría de almacenamiento.
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