El 14 de febrero vence el plazo para que las empresas abonen las cesantías de sus empleados. Este dinero, bien administrado, se puede convertir en un vehículo de ahorro que le permita alcanzar metas propuestas.
5,48 millones de trabajadores estaban afiliados a seis fondos de cesantías al terminar septiembre del año pasado, según la Superintendencia Financiera.
El retiro de las cesantías y el pago parcial de las vacaciones en dinero ya no necesitan el permiso del Ministerio de la Protección Social, lo que les ahorrará tiempo y trámites a trabajadores y empresarios.
Lo anterior, como resultado de expedición de la Ley 1429 del 2010, conocida como de generación de empleo, que suprimió trámites como los dos mencionados con el fin de reducir costos en gestiones empresariales y agilizar diligencias en las que el Gobierno no aporta nada.
Hasta el año pasado, el retiro parcial de cesantías de los trabajadores afiliados a los fondos, para destinarlo a vivienda o educación superior, requería el visto bueno previo del Ministerio. Ahora, señalaron Veruschka Tissot y María Fernanda Olano, del área laboral de la firma Prieto & Carrizosa, “los funcionarios de dicha entidad ya no reciben ningún documento relacionado con ese trámite”.
Los empleadores y los fondos, explicaron las expertas, tienen un plazo máximo de cinco días hábiles para contestar a los trabajadores y realizar el desembolso solicitado.
Otro trámite que también desapareció es el del permiso que debía otorgar la cartera de la Protección Social para que un trabajador pudiera recibir en dinero una parte de sus vacaciones. Ahora esto corresponde exclusivamente a un acuerdo entre la empresa y el empleado.
En efecto, la Ley 1429 estableció que basta con que las dos partes convengan la compensación en dinero, que de todas maneras no puede superar la mitad de las vacaciones, y que la petición la haga el trabajador. No sobra señalar que el empleador puede rechazarla o aceptarla. Esto significa menos papeleo e idas al Ministerio de la Protección.